Diario de Magola: Mi lunes 23 de diciembre
7:00 a.m.
Hoy me desperté con el sol en la cara porque olvidé cerrar la cortina anoche. Mientras intentaba levantarme, Emma entró en mi cuarto y me dijo: "Buenos días, Magola. Hoy es un buen día para decorar galletas". Esa es mi hermana menor. Tiene 6 años, es seria y regañona como un adulto, pero también muy amorosa, como cuando me dice que soy su "mejor hermana del mundo" (aunque soy su única hermana, pero igual cuenta). Es un poco penosa con los demás, pero conmigo siempre tiene algo que decir.
7:30 a.m.
Durante el desayuno, Emma estuvo callada, jugando con su cuchara mientras yo hablaba con mamá sobre los planes del día. De repente, me miró y dijo: "¿Tú crees que Santa prefiera galletas de chocolate o de avena?". Mamá respondió que probablemente de chocolate, y Emma asintió con mucha seriedad, como si estuviera tomando una decisión muy importante.
10:00 a.m.
Nos pusimos a decorar galletas navideñas. Emma es buena en eso, aunque siempre termina con más glaseado en los dedos que en las galletas. Mientras yo hacía un árbol de Navidad perfecto, ella estaba concentrada decorando un muñeco de jengibre con cara de científico. Le pregunté por qué, y me dijo: "Es para que Santa sepa que me porto bien y me regale algo de navidad". Esa es otra cosa de Emma: cuando quiere algo, lo planea todo al detalle.
12:30 p.m.
Fuimos al parque un rato. Emma no suele hablar mucho pero cuando juega con otros niños se vuelve como loca y parlanchina. Y hoy se acercó a una niña que estaba jugando con su perro y le dijo: "Tu perro es muy bonito. ¿Puedo acariciarlo?". Yo casi me muero, porque los perros son mis preferidos. La niña le dijo que sí, y luego pasaron un buen rato jugando juntas, y obvio, yo también. Creo que Emma disfruta mucho con eso de hacer amigos.
3:00 p.m.
De regreso en casa, Emma decidió escribirle una carta a Santa. Me pidió ayuda porque, según ella, mi letra es "más entendible". Escribió algo como: "Querido Santa, este año he aprendido muchas cosas, como dibujar mejor y compartir con Magola (aunque a veces me gane en los juegos). Si puedes, por favor tráeme un reno de mascota. Gracias, Emma". Luego la decoró con dibujos de corazones junto a mamá, papá y yo.
8:00 p.m.
Antes de dormir, Emma me abrazó y me dijo: "¿Crees que Santa lea todas las cartas rápido?". Le dije que seguro sí, porque tiene elfos ayudándolo. Ella sonrió y luego se acurrucó con su gatico de peluche. La verdad, Emma puede ser un poco seria y callada, pero cuando está emocionada, se vuelve loca y es la mejor compañía.
Conclusión del día:
Emma siempre logra sorprenderme. A veces parece más adulta que yo, pero en días como hoy, recuerdo que sigue siendo una niña que adora la magia de la Navidad tanto como yo... y que quiere un reno de mascota más que cualquier otra cosa en el mundo.