La niña que tenía una nube
Había una vez una niña que tenía una nube blanquita y esponjosita que la acompañaba a todas partes mientras la llevaba cogida de una cuerdita mágica que le había regalado papá.
A la nube le gustaba contarle a la niña las historias de los lugares que había conocido, como el desierto donde hacia mucho calor o el mar que era muy azul o las montañas que eran tan altas que las podía tocar.
Todos los días después del colegio, la niña siempre jugaba con papá a adivinar el dibujo que la nubesita hacía en el cielo azul, pero de repente empezaron a ver que llegaron muchas nubes grises y se fueron juntando en el cielo.
De pronto escucharon a una nube reír y comenzó a llover, y la niña se divirtió tanto con la lluvia, que hizo a las nubes escurrirse de alegría.
Desde ese entonces las nubes siempre se reúnen en diferentes lugares del mundo para hacer que llueva y ver jugar felices a todos los niños del mundo.
Y colorín colorado este cuento de la niña y su nube se ha acabado…