Había una vez una niña que tenía una nube blanquita y esponjosita que la acompañaba a todas partes mientras la llevaba cogida de una cuerdita mágica que le había regalado papá. A la nube le gustaba contarle a la niña las historias de los lugares que había conocido, como el desierto donde hacia mucho calor o el mar que era muy azul o las montañas que eran tan altas que las podía tocar.
La niña que tenía una nube
La niña que tenía una nube
La niña que tenía una nube
Había una vez una niña que tenía una nube blanquita y esponjosita que la acompañaba a todas partes mientras la llevaba cogida de una cuerdita mágica que le había regalado papá. A la nube le gustaba contarle a la niña las historias de los lugares que había conocido, como el desierto donde hacia mucho calor o el mar que era muy azul o las montañas que eran tan altas que las podía tocar.